22 enero, 2016

MI ENCUENTRO CON MAJU MANTILLA


Voy de prisa por la calle Zela, camino hacia mi escuela. Paso frente a la esquina donde se ubica Botica Popular (a una cuadra de la estación central del antiguo ferrocarril). Llego al Cine Del Pueblo. Me detengo en la esquina de la Pollería Mochica, cruzo hacia Casa Naito  y luego a la esquina donde se ubica Pollos Bolívar. Paso luego por Casa Fuentes justo en el momento en que una empleada coloca en la vereda una pequeña pizarra. Es la cuadra siete de Junín. El tráfico, muy pausado. Tanto peatones como automóviles parecen haberse puesto de acuerdo pues nada rompe esa especie de letargo que empieza también a invadir mis piernas. Justo al cruzar hacia la otra vereda es cuando la veo, hermosa y radiante, única, la mujer más bella del Perú.

Tengo que hacer una parada obligatoria en Comercial Gayoso, que es donde Maju acaba de entrar. La he reconocido por las fotos en los diarios y porque además, lleva puestas su banda y corona al bajar del taxi. Ha ingresado a la tienda saludando a un pequeño grupo de curiosos mientras más gente empieza a agolparse en la puerta, todos mirando hacia el interior, comentando, señalando y volviendo a mirar a la hermosa mujer que tienen al frente y cuya belleza opaca el brillo mismo de su corona. El señor Gayoso, dueño del local, tan circunspecto y sin perder de vista a su ilustre visitante, demuestra sus dotes de buen vendedor pues es él mismo quien la atiende, sin perder la elegancia y con un poco de nerviosismo al mirar de soslayo a la multitud.

Maju, bella, espigada y sonriente, es la primera Miss Perú trujillana. Yo, olvidando por completo hacia dónde me dirigía, he caído rendido ante su belleza, al igual que todo el séquito de admiradores que la observan escoger algunas telas, probarse algún calzado o simplemente respirar. Aunque Maju no tuviera puesta sus accesorios de reina en este instante, podía haber sido identificada en cualquier lugar del planeta sólo por su clase, porte y garbo.

No veo la hora de regresar a casa y contar a todos mi casual encuentro con María Julia Mantilla Mayer, Miss Perú por siempre, eternamente coronada.






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